UN CALDO ANTIOXIDANTE QUE PREVIENE EL INFARTO, EL CÁNCER Y EL ALZHEIMER
Un caldo antioxidante que previene el infarto, el cáncer y el alzheimer.
La Federación Española del Vino califica de «desproporcionada» la cruzada de la ministra
C. Maza
Una enóloga estudia el aroma de uno de los tipos de vino tinto.
Madrid- El vino forma parte de la dieta mediterránea y sin él sería «menos mediterránea» y «más dieta». Esto es lo que señalan los expertos en alimentación, quienes aún no han parado de describir las propiedades saludables que tiene el consumo moderado del caldo. En medio del debate planteado ante la posibilidad de excluir este alimento de la polémica y nueva norma restrictiva de Salgado contra el alcohol, las investigaciones que alaban sus propiedades no cesan.
FUENTE: DIARIO LA RAZON. 21-01-2007
LA RIQUEZA DE ANTIOXIDANTES EN EL CACAO.
La última ha sido publicada en la revista científica «Nature». El estudio explica el motivo por el que en dos regiones localizadas en Francia e Italia viven los hombres con la esperanza de vida muy superior a la media del resto del mundo. Y la razón no es otra que el vino, en concreto la forma que tienen de elaborarlo, ya que eleva los índices de una sustancia antioxidante denominada procianidina que mejora el funcionamiento del corazón.
Aparte de la longevidad, el consumo moderado de vino también es bueno para el cáncer. «El resveratrol en particular y los polifenoles en general -sustancias que se encuentran en el caldo- tienen efectos positivos en el control de las células cancerosas, a las que provoca la muerte por la desactivación de una proteína necesaria para su multiplicación», tal y como afirman desde de la Academia Española de Gastronomía.
También se ha comprobado una menor incidencia de alzheimer y demencia senil en los ancianos que beben vino. «El resveratrol dificulta la formación de placas cerebrales», añaden. Parece que el consumo moderado de este «nuevo alimento» es indicado, incluso, para las personas que padecen degeneración macular. Según un estudio del hospital universitario de Washington, esta pérdida de visión, asociada a la edad, fue un 19 por ciento más baja en los consumidores de caldo que en los abstemios.
Quizá por todas estas características, la Ley del Vino de 2003 le ha dado a esta bebida el título de alimento. El vino, además de los ponifenoles, aporta vitaminas, sobre todo la vitamina B, ácidos grasos saturados e insaturados, y otros componentes que estimulan la segregación de jugos gástricos.
Al no concentrar el colesterol en la sangre, el vino es un excelente agente para prevenir enfermedades cardiovasculares. Estudios epidemiológicos han demostrado, además , que el consumo moderado de tinto tiene un efecto antiinflamatorio que retrasa el desarrollo de la arterioesclerosis al actuar sobre el «colesterol malo».
Otra enfermedad vascular que produce gran mortalidad en el mundo occidental es el ictus o accidente cerebrovascular isquémico. También en esta patología, según asesores médicos de la Fundación para la Investigación del Vino (FIVIN), el vino resulta ser un agente protector, al igual que en la osteoporosis.
Quizá todos estos motivos han sido los que han impulsado a la Federación Española del Vino a hacer un comunicado donde asegura que comparte los objetivos del borrador de ley, pero discrepa de las medidas para hacerlo, por «desproporcionadas» e «ineficaces».
Considera que las medidas que se barajan resultan «desproporcionadas», por exceder el ámbito de los jóvenes y por el perjuicio que causaría a los sectores, al tiempo que cree que son «ineficaces» con respecto al objetivo planteado. «Su naturaleza prohibicionista no ha funcionado ni en otros países que las han implantado ni en algunas comunidades autónomas que ya regularon al respecto», dice el texto. Finalmente, recuerda que el vino se trata de un «alimento de origen agrícola de enorme importancia económica, cultural, social y medioambiental en España».