CEFALEAS EN RACIMOS

La estimulación cerebral aliviaría un tipo de cefalea: estudio

WASHINGTON (Reuters) – Estimular el cerebro con electrodos implantados parece ayudar a aliviar un tipo especial de dolor de cabeza, conocido como cefalea en racimo, según informaron dos equipos diferentes de investigadores.

En uno de los estudios, seis de ocho pacientes dijeron que se sintieron aliviados de la cefalea en racimo, un dolor de cabeza extremadamente doloroso que se caracteriza por ser recurrente.

Dos de ocho pacientes de una segunda investigación dijeron que se liberaron del dolor de cabeza más de un año con el uso del dispositivo, y otros tres participantes informaron una reducción del 90 por ciento en la frecuencia de los ataques.

En artículos publicados en las revistas médicas The Lancet y The Lancet Neurology, los investigadores dijeron que era importante apuntar a la zona correcta del cerebro, esto es a la región del nervio occipital.

«La estimulación del nervio occipital en la cefalea en racimo parece ofrecer una opción terapéutica segura y efectiva para los síntomas primarios del dolor de cabeza», señaló en un comunicado Peter Goadsby, del University College London en Gran Bretaña y la University of California en San Francisco.

Las cefaleas en racimo están marcadas por períodos de muchos ataques de dolor de cabeza extremadamente agudo. Los pacientes generalmente toman medicación preventiva todos los días durante años, pero en algunos casos, no hacen efecto.

Los investigadores han intentado emplear la estimulación cerebral antes, pero se dirigían a una región denominada hipotálamo posterior. Los pacientes corren el riesgo de desarrollar hemorragias letales.

Las técnicas que estimulan el nervio occipital ya habían sido probadas para el tratamiento de otros tipos de dolores de cabeza.

Goadsby y sus colegas evaluaron la técnica en ocho pacientes con cefalea en racimo crónica que no respondía a la medicación.

Después de más de un año y medio de terapia, seis de los ocho participantes dijeron que recomendarían el tratamiento a otros pacientes.

Los síntomas reaparecían casi inmediatamente cuando el dispositivo se quedaba sin batería y dejaba de funcionar, dijeron los investigadores.

En un segundo informe, el equipo de Jean Schoenen, de la Unidad de Investigación sobre Cefalea de la Universidad de Liege, en Bélgica, analizó a otros ocho pacientes.

Dos de esos participantes no tenían dolor después de 16 y 22 meses de tratamiento, respectivamente, y otros tres dijeron que los dolores de cabeza se habían reducido un 90 por ciento.

Sólo un paciente apagó su estimulador después de cuatro meses porque dijo que no funcionaba.

En un comentario, Anna Ambrosini, de la Clínica de Cefalea Neuromed en Pozzilli, Italia, señaló que la estimulación del hipotálamo obtuvo mejores resultados. No obstante, añadió que valía la pena evaluar el nuevo enfoque en un grupo mayor de pacientes.

Las personas afectadas por esta enfermedad, también conocida como cefalea de Horton, varones en su inmensa mayoría, atraviesan períodos en los que sufren numerosos ataques de dolores de cabeza extremos.

Quienes sufren cefalea crónica tan sólo experimentan periodos de alivio de no más de un mes de duración a lo largo de un año si no siguen algún tratamiento.

En ocasiones, este tipo de pacientes puede necesitar tomar cada día y durante años medicamentos preventivos, aunque en algunos casos éstos resultan ineficaces.

Previamente, los expertos habían experimentado con otro método para tratar la cefalea, que consistía en estimular la región posterior del hipotálamo en el cerebro y que, pese a dar cierto resultado, entrañaba un pequeño riesgo de hemorragia mortal.

Los científicos han empleado a título experimental técnicas que estimulan el nervio occipital del cerebro para tratar otros dolores de cabeza.

Para llegar a estas conclusiones, Peter J.Goadsby, del Instituto británico de Neurología, del University College London y de la Universidad de California, investigó junto a otros colegas los efectos a largo plazo de la estimulación del nervio occipital en ocho pacientes que sufrían cefalea de racimos crónica y que no había sido bien controlada con medicamentos.

A estos enfermos se les hicieron implantes de electrodos, sondas y una batería provista de un generador externo para controlar el grado de estimulación.

Tras un periodo medio de 20 meses, seis de estos ocho pacientes informaron de un impacto suficientemente favorable del tratamiento en su condición y dijeron que se lo recomendarían a otros afectados.

Aunque la respuesta al tratamiento duró semanas e incluso meses, volvieron los síntomas casi inmediatamente tan pronto como se descargaron las pilas y los implantes dejaron de funcionar, por lo que los científicos consideran que habrá que seguir estudiando la técnica para ver cómo puede ser más útil a los pacientes.

Según el profesor Goadsby, «la estimulación del nervio occipital en las cefaleas en racimos parece ofrecer una opción de tratamiento seguro y efectivo que podría inaugurar una nueva era de terapia de estimulación neurológica para tratar síntomas primarios de dolor de cabeza».

Cefalea en racimos. La cefalea en racimos es uno de los síndromes de dolores de cabeza más frecuente observados en la práctica clínica.

Los ataques tienen una duración de entre 15 a180 minutos, en la mayoría de los casos de 30 a 60 minutos.

El paciente suele describir el dolor como si el ojo fuera empujado a salir de su órbita, o como cuchillos que se clavan en el ojos.

Va acompañado por fenómenos ipsilaterales de disfunción autonómica, como un ojo enrojecido, lagrimeo, ptosis, miosis, edema de párpado, rinorrea, obstrucción nasal o hiperhidrosis de un solo lado del rostro (descarga colinérgica excesiva, pero puede existir cefalea de Horton sin síntomas autonómicos en un 30 por ciento.

Síntomas comunes

– Hasta ahora hay pocos estudios epidemiológicos en el mundo
– La enfermedad es más frecuente en hombres que en mujeres
– La edad de inicio es entre los 20 y 40 años (27–31 pero se puede dar la aparición hasta los 80 años), unos 10 años más tarde que la migraña
– También se ha reportado casos e en niños de muy corta edad con una proporción de casos familiares en torno al 10 por ciento
– Hay personas que padecen más de 7 ataques diarios
– La cefalea de Horton suele ser confundida con sinusitis, migraña o patología dental.

NOTA DEL MODERADOR :

Este tipo de cefalea se considera esencialmente de origen vascular, debido a una vasoconstricción y vasodilatación brusca, que es lo que genera la descarga brusca del dolor.

La zona occipital se encuentra a su vez intimamente relacionada a través del sistema neurovegetativo, con los procesos de vasoconstricción.

Es por dicha razón, que la presión digital en el occipucio, permite cohibir hemorragias locales.

Los estudios sobre el tema del Instituto Clínico Kinast & Asociados de Santiago de Chile, durante largos años, permiten establecer que la cefalea se genera esencialmente por la vasodilatación brusca y por dicha razón es que este cede al uso de vasoconstrictores, sean estos de tipo farmacológico como la Ergotamina o de tipo mecánico como ser la digitopresion occipital o la transestimulación dermica occipital

La toxicidad del líquido y tejido extracelular (Matrix) mantiene activo el factor desencadenante o antigénico y en todo episodio de baja inmunológica, facilita que se desencadene el proceso.

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